Cartas de Relación y Auto-sacrificio Redentor
Primera Carta de relación de Hernán Cortés (Carta de Veracruz) escribe así:
Y siguiendo su viaje fueron a dar a la dicha tierra intitulada de
Yucatán a la punta della, que estará sesenta o setenta leguas de la
dicha isla Fernandina y esta tierra de la Rica Villa de la Cruz donde
nosotros en nombre de Vuestras Reales Altezas estamos, en la cual
saltó en un pueblo que se dice Campeche, donde al señor del pusieron
por nombre Lázaro y allí le dieron dos máscaras con una tela de oro
por cima y otras cosillas de oro.
Hernán Cortés y la figura de Moctezuma, juntas son figuras que forman parte del legado cultural americano. El conquistador y el conquistado fueron —ya desde los años 1520 y antes —famosos personajes de la época, guerreros, soldados, emperador y virrey, cada uno enarbolados con galardones e ideas míticas. Esta explicación de los personajes hacen necesario abordar la complejidad de sus acciones. Ahora bien, existen numerosos textos sobre Cortés y Moctezuma, del primero sobre su marcha hacia Tenochtitlán, sobre su vida en Cuba, sobre las rivalidades y las disputas con otros conquistadores, así como sobre su avance hacia la Mar del Sur.
El segundo, como emperador observante de la Epifanía; dada ésta, envió emisarios con obsequios , para retrasar la entrada a la gran ciudad de Tenochtitlán, aquí una cita del mismo Cortés, Primera carta de relación,:
El oro y la plata y rodelas y ropa que a Vuestras Reales Altezas enviamos con los procuradores, demás del quinto que a Vuestras Majestades pertenece, de que su capitán Fernando Cortés y este concejo les hacen servicio, ya en esta memoria firmada de los dichos procuradores, como por ella Vuestras Reales altezas podrán ver. De la Rica Villa de la Vera Cruz, a diez de Julio de mill y quinientos y diecinueve.
El oro y joyas y piedras y plumajes que se han habido en estas partes nuevamente descubiertas después que estamos en ella, que vos, Alonso Hernández Puerto Carrero y Francisco de Montejo, que vais por procuradores esta Rica Villa de la Vera Cruz a los Muy Altos Excelentísimo Príncipes y Muy Católicos y Muy Grandes Reyes y Señores la Reina Doña Juana y el Rey Don Carlos su hijo, nuestros señores, lleváis, son las siguientes:
Primeramente, una rueda de oro grande con una figura de monstruos en ella y labrada toda de follajes, la cual pero tres mill y ochocientos pesos de oro. Y en esa rueda, porque era la mejor pieza que acá se había habido y de mejor oro se tomó el quinto para Sus Altezas que fue dos mil castellanos que les pertenecía de su quinto y derecho real, segúnd la capitulación que trajo el capitán general Fernando Cortés.
En fin, toda una serie de relatos van modificando en direcciones opuestas los retratos de los personajes.
Sin embargo, tras este exceso dé información sobre los personajes, resulta sintomática la ausencia de perspectiva filosófica acerca del tema poco estudiado y curioso en la filosofía y psicología del auto-sacrificio redentor el cual jugo un papel por suma importante en la conquista Mesoamericana.
El presente texto busca en la medida de lo posible primero presentar una imagen global de la entrada de los españoles a tierra mexica y segundo plano interrogar el aspecto tolerante al auto-sacrificio y de aceptación como parte cultural de estos pueblos , así como su concepción en la mutilación, en la provocación y en el poder que ejercía sobre los habitantes Mesoamericanos.
Lo primero y más importante, es determinar su contexto de nacimiento utilizando los conceptos anteriormente señalados. Para situarnos será necesario nombrar a Cortés con sus Cartas como parte de un primer proceso de conquista y contacto con aquellos habitantes.
Es decir, es un periodo de cambio profundo, tanto en las estructuras sociales de Europa, como en la comprensión de la geopolítica mundial. este periodo puede identificarse dentro de la historia del Nuevo Mundo, como el periodo que va del mal llamado descubrimiento en 1492, a la abdicación de Carlos I, en 1556.
Dicho periodo corresponde a lo que Mario Hernández Sánchez, quién escribió el prólogo de las Cartas de relación, llama dos «generaciones de conquista». La primera generación corresponde al periodo de 1492 a 1534. Aquí la acción está centrada en la conquista de la Nueva España, es decir, del imperio mexica. Se caracteriza este periodo por el descubrimiento geográfico. La segunda generación corresponde al periodo que abarca la fundación del primer virreinato, en fecha de 1534, hasta la conquista del Perú que culmina en 1555. Durante esta época se desarrollan las discusiones sobre los derechos de España en América y finalmente se realiza el asentamiento fundacional.
Dentro de este periodo de tiempo, las crónicas tienen un lugar importante. Ya que existe una fuerte competencia por producir historias sobre las nuevas tierras, así es, historias, muchas de ellas exageradas, atormentadas o la mayoría muchas de ellas inimaginables pero ciertas.
Los diferentes autores crean y recrean historias y relatos sobre los pueblos descubiertos, sobre los lugares y las maravillas vistas. Esto equivale a afirmar que la crónica es, en sí misma, un ejercicio que busca relatar lo real, lo visto; es testimonio. Pero las crónicas son más que simples documentos informativos. en ellas se dibuja una cierta comprensión de la alteridad, una visión de mundo que refleja luchas de poder y perspectivas epistemológicas que van definiendo una dinámica moderna de la dominación imperial.
Las Cartas de relación de Cortés relatan un contexto para ellos ya experimentado en otras conquistas realizadas como territorio Africano; pero los habitantes naturales mesoamericanos, no coincidían con esta experiencia, ni este tipo de guerra, o conquista, arrojando resultados psicológicos incomprensibles para el español, observado en múltiples códices.
Narrando la conquista
La primera carta de relación es particular, en efecto, no es directamente redactada por Hernán Cortés, sino que es escrita por el cabildo de la Villa de Vera Cruz. Ahora bien, para entender dicha peculiaridad es necesario explicar las diferentes prácticas de conquista y colonización.
Así, las expediciones de los españoles podían ser de dos tipos: unas de rescate y exploración y otras de conquista y poblamiento. Las primeras estaban dirigidas a obtener ganancias por medio del comercio y el intercambio desigual con los naturales. En este caso, los españoles no tenían título legítimo para formar poblados, ni podían tampoco buscar el sometimiento de los mismos. En un principio, esta era la característica de la expedición de Hernán Cortés. El segundo tipo de expediciones eran las que buscaban someter a los pueblos. Estas acciones pretendían fundar pueblos de españoles y por lo tanto, asentarse en la tierra. Se trata de la forma de explotación ligada al colonialismo. Bajo esta práctica se pueblan las islas caribeñas y se extermina a la población que residía ahí, mediante el trabajo esclavo. Para poder ejercer dicho dominio a título justo para la Corona, esta debe de otorgar la categoría de adelantado al conquistador. De esta manera, en el caso de la expedición que Cortés realiza, era precisamente Diego Velázquez, gobernador de Cuba, quien quería titularse como adelantado y, por lo tanto, comenzar la conquista de la Tierra Firme. Cortés realiza toda una estratagema para modificar la situación y fundar así la práctica imperialista moderna.
A partir de lo expuesto, se puede entender que la primera carta sea una carta de justicia y regimiento y sobretodo de reconocimiento del lugar y sus fronteras. Posteriormente lo que realiza Cortés, seguido por sus hombres es una ruptura en la línea jerárquica. En vez de depender de Velázquez, quien organiza y financia parte de la expedición, Cortés va a querer instaurar una nueva legitimidad dependiente directamente de la Corona. Se rompe entonces con el régimen patrimonial de los Colón, que dominan en las islas caribeñas y se inaugura un nuevo tipo de conquista.
El español vendría a fundar un nuevo tipo de dominación que piensa una nueva forma de estado donde los naturales no sean esclavos explotados hasta la muerte. Sin embargo, esta opinión puede ser cuestionada en toda la extensión de la palabra. Ciertamente, las circunstancias particulares permiten observar el surgimiento de un nuevo tipo de dominación. No obstante, esta dominación no se encuentra separada de las prácticas de colonización que se dieron en el Caribe.
La segunda carta es la que origina las cartas de relación en sentido estricto, es decir, cuenta los acontecimientos de la conquista de México. Está fechada en segura de la Frontera, 30 de octubre de 1520. Cortés narra aquí toda la epopeya de su llegada a México-Tenochtitlán. Se puede apreciar el avance de los conquistadores, sus batallas con otros pueblos, anexiones con los tlaxcaltecas. estos devienen en aliados de Cortés pareciendo ayudarle a derrotar a los mexicas. Aquí se aprecian todas las jugarretas estratégicas del conquistador; se tiene testimonio de las dudas de Moctezuma, de la desconfianza de sus consejeros y de los señores mexicas. Cortés narra la llegada a la ciudad de Tenochtitlán, cuenta el esplendor de la misma, la fascinación de los españoles. Es una carta larga y llena de detalles que hacen ver al rey de España las bellezas inigualables de las nuevas tierras. Aquí, por primera vez, se plantea el tema de la transmisión de soberanía. es decir, el problema de la justificación del imperium de rey sobre los nuevos territorios. esta carta describe también las tácticas de sometimiento que Cortés utiliza, lo cual permite apreciar la forma en que el conquistador usurpa el ejercicio de la justicia y modifica la relación de jerarquía dentro de las mismas estructuras del imperio mexica. La carta relata lo siguiente:
…..Y había en ellas muchas y muy grandes y hermosas salas y museos aposentos muy bien obrados. Y este valle y población se llama Clatanmy. Del señor gente fui muy bien resorbido y aposentado, y después de le haber hablado de parte de Vuestra Majestad y le haber dicho la causa de mi venida en estas partes le pregunté si él era vasallo de Mucteecuma o se era de otra parcialidad alguna, el cual, casi admirado de lo que le preguntaba me respondió diciendo que quién no era vasallo de Mucteecuma, queriendo decir que allí era señor del mundo. Yo le tomé aquí a decir y replicar el gran poder de Vuestra Majestad, y que otros muy muchos y muy mayores señores que no Mucteecuma, eran vasallos de Vuestra Alteza y aun que no lo tenían en pequeña merced, y que así lo había de ser Mucteecuma y todos los naturales desde tierras y que anisó lo requería a él que lo fuese, porque siéndolo sería muy honrado y favorecido, y por el contrario no queriendo obedecer sería punido; y para que tuviese por bien de le mandar rescebir a su real servicio, que le rogaba que me diese algún oro que él no tenía, pero que no me lo quería dar si Muteecuma no celo mandase, y que mandándolo él, que el oro y su persona y cuanto tuviese daría. (Cortés 348., 92)
La tercera carta comienza con el nombramiento ya de Una Nueva España, con el que despaché Alonso de Mendoza, a 5 de marzo del año pasado de quinientos y veinte y uno, hice segunda relación a Vuestra Majestad de todo lo sucedido en ella, (Cortés 348., 116)
es completamente diferente.
Es un relato de caballería y posicionamiento más que al de una evolución de reconocimiento y aceptación, no olvidemos, es pleno siglo XVI, enfocando la idea expansionista del momento en toda Mesoamerica.
En ella se cuenta la caída del imperio mexica a partir de las operaciones militares que Cortés lleva a cabo con sus hombres. Esta carta está fechada del 15 de mayo de 1522, desde Coyoacán, ciudad aledaña y sitiada por él, en la cual el residía, es decir, que Cortés escribe desde dentro de la ciudad de Tenochtitlán, la cual ya ha sido quemada, destruida y sometida.
Relataba amplia y llanamente como los naturales se matan hermosamente entre si, sin que ninguno de los españoles se moviese de sus puestos…., (Cortés 348., 166) esto deviene al verse invadidos, usurpados, demolidos por extraños, resuelven someterse al dolor y al auto-sacrificio, por alguna deuda con sus dioses. Recapitulemos que al constituirse Cortés y sus hombres en una expedición de conquista y poblamiento, Diego Velázquez lo acusa de sedición y de rebelión. Por esto, envía a Pánfilo de Narváez a hacerle frente y prenderlo. Cortés debe dejar a Pedro de Alvarado al mando de Tenochtitlán para viajar a la costa y enfrentarse a Narváez. Cuando Pedro de Alvarado se encuentra al mando de la ciudad mexica, argumenta una posible traición de los señores nobles. Los reúne en un salón del palacio real y en medio de la fiesta, los españoles los asesinan a todos. Se desata entonces la furia del pueblo mexica que persigue a los invasores expulsándolos de la ciudad.
Para los peninsulares esta es la llamada noche triste, en parte, porque pierden en las lagunas de Tenochtitlán, gran cantidad del oro que habían saqueado. Esta expulsión y la consecuente defensa de los mexicas por recuperar su ciudad es lo que desata la furia de los españoles quienes —liderados por Cortés— no descansarán hasta acabar con ellos en una masacre sin precedentes que el mismo Cortés relata con lujo de detalle en la tercera relación.
La carta termina con la caída de Cuauhtémoc, último emperador mexica. Dice Cortés así:
Y saltaron de presto y prendiéronle a él y a aquel Cuautimoucin y aquel señor de Tacuba y a otros principales que con él estaban luego dicho capitán García Houlguín me trajo allí a la azotea donde estaba, que era junto al lago, al señor de la ciudad y a los otros principales presos, el cual, como le fie sentar no mostrándole rigurosidad ninguna, llegó a mi y dijo en su lengua que ya él había fecho todo lo que de su parte era obligado para defenderse a sí y a los suyos fasta venir en aquel estado, que agora hiciese déllo que yo quisiese. Y puso la mano en un puñal que yo tenía, diciéndome que le diese puñalada y lo matase. Y yo le animé y le dije que no tuviese temor ninguno. Y así, preso este señor, luego en ese punto ceso la guerra, a la cual plugo a Dios Nuestro Señor dar conclusión, martes, día de Santo Hipólito, que fueron trece de agosto de mill quinientos y veinte y un años, de manera que desde el día se puso cerco a la cibdad, que fue a treinta de mayo del dicho año, fasta que se ganó, pasaron setenta y cinco días, en los cuales Vuestra Majestad verá los trabajos, peligros, y desventuras que estos sus vasallos padecieron, en los cuales mostraron tanto sus personas que las obras dan buen testimonio dello…. (Cortés 348., 199)
Para el 15 de octubre de 1524, cuando Cortés redacta su cuarta carta de relación, ya la situación se ha estabilizado. el conquistador que fue acusado de rebelión y sedición posee ahora una posición y títulos legítimos ahora ya refiere el proceso de expansión, conquista y dominación hacia los tres sectores geográficos que constituyen la esencia del territorio de México: Tehuantepec, es decir, el istmo centroamericano, el Golfo de México y los territorios costeros de la Mar del sur. La última carta está fechada de Tenochtitlán, el 3 de septiembre de 1526. Aquí se relatan los problemas del viaje a las Hibueras (Honduras), donde Cortés es traicionado por el capitán Cristóbal de Olid, las cuales culminan con la llegada del juez de residencia, Licenciado Luis Ponce de León.
Después de este breve recorrido por las cinco cartas de relación, es necesario observar cómo surgen dentro de este relato, tanto la noción de imperium como concepto político, como la práctica concreta del imperialismo.
Pero de mayor atención es la tesis de este ensayo, analizando la posición del natural ante el ataque, resolviendo el auto-sacrifico voluntario por parte de muchos de ellos, también muestra la práctica del dolor en los pueblos Mesoamericanos precolombinos, los cuales manejan un sentimiento, incomprendido por los españoles.
Laicos y religiosos manifestaron indignación y repulsión ante las cabezas cortadas y expuestas en los tzompantli. Nada podía estar más alejado de la doctrina cristiana que el sacrificio humano, y la reacción apasionada de los españoles antes estas manifestaciones provocaban la exacerbación de los evangelizadores. Por otra parte, aunque los conquistadores consideraban algo excesivas las sangrías rituales, no podían dejar de compararlas con las penitencias menos severas que se infringían los cristianos justificándolas como pecado o penitencia.
El hombre mesoamericano estaba y sigue estando en deuda ante los beneficios recibidos y por recibir, de la vida misma; no deja de humillarse y hacer penitencia. Aún así la deuda contraída desde su nacimiento no puede ser redimida del todo, su deber es procurar absolverla por medio de su sangre y dolor. El pago de la deuda comienza por uno mismo y continua con el sacrificio del otro. ¿Quién es ese otro a quien se le pide remplazarnos y morir en nuestro lugar? ¿Cómo elegirlo? Los mesoamericanos desarrollaron diversas técnicas, para ese proceso de dolor y auto-sacrificio.
Por ejemplo, el derrame de sangre debía ser suficientemente abundante para mostrar la prueba visible del sacrificio. El dolor que se esperaba de tal operación comprobaba la sinceridad y la devoción del penitente. Además, permitirá al guerrero demostrar su valentía en una actitud de desafío. El sufrimiento era una fuente de energía, tanto en la tortura de uno mismo como en la del otro. El valor simbólico de ciertas partes del cuerpo podía ser determinante. El castigo del órgano sexual tiene que ver con la sexualidad, la “falta” arquetípica. La lengua también es origen de mala conducta (como mentir, calumniar o vanagloriarse). ^”Dicen que fue éste [Quetzalcóatl] el primero que comenzó el sacrificio, y a sacar sangre de las orejas y de la lengua, no por servir a Tezcatlicopa , sino en penitencia contra el vicio de la lengua y del oír” (Motilonía citado por Anders y Jansen 1993:271). El auto-sacrificio era ostentoso sobretodo en épocas recientes. El sacrificio de las orejas era el más visible por las cortaduras y las cicatrices que la práctica provocaba, pero también por la sangre que dejaba pegajosa la larga cabellera de los sacerdotes. Los mexicas, además, embarraban sus sienes de sangre para demostrar devoción. La costumbre local afirmaba la identidad cultural, se podía saber el origen del individuo. El sitio para sacrificarse sería elegido según la devoción individual y las circunstancias.
En las Guerras Floridas el otro es ante todo el enemigo que capturaban para sacrificarlo en el altar. Pero ese otro no debe ser bárbaro: de ser posible, debe pertenecer a la misma cultura y hablar la misma lengua que uno. Para los mexicas, Tezcatlicopa habría sido el dios tutelar de estos enfrentamientos. Por algo le llamaban necocyaotl, enemigo de ambos lados, es decir, tanto del lado de los mexicas como del lado de sus enemigos.
El auto-sacrificio servía para redimir una deuda o para obtener algo, comprendiendo dos fases: ejecución y presentación. Privarse era más importante que dar, el auto-sacrificio podía prescindir de beneficiario(s). El rito era ostentoso. El dolor desempeñaba en él un papel determinante, aunque algunos auto-sacrificios no eran dolorosos. El instrumento utilizado comunicaba a la víctima las virtudes de su precedencia.
Particularmente desarrollado en Mesoamérica, el auto-sacrificio no era una monstruosidad propia de esa área.
Conclusión
Delimitando los hechos se establece un proceso de reconocimiento de un lugar desconocido inicialmente, más el curso del tiempo da como resultado una conquista en un territorio saturado de riquezas inigualables, así como culturas nunca concebidas.
Los naturales enfrentan ese atropello, con asombro, nunca antes vivido, esperado; eran vigilados por dioses, regulados por ciclos, marcados por tiempos y relatado leyendas,
Las corrientes encuentran momento y espacio único, en el centro del universo, arrojando a muchos a ser espectadores y muchos otros al dolor, al auto-sacrificio redentor para ser redimidos de pecados realizados nunca comprendidos .
Nely L. Friedrich
17 de diciembre de 2021
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