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HISTORIAS DE AMOR EN EL ARTE



El amor, ya se sabe, omnia vincit, supera obstáculos.

     Las historias de amor en el arte son un paréntesis importantes para la creación de obras monumentales tanto en la literatura, como en las artes plásticas. El amor o la obsesión por alguien impulsa al artista a crear, a dejar patente el amor, la devoción o la rivalidad que siente por esa persona que adora. Es por amor que se ha escrito, es por amor que se han creado monumentos, es por amor hasta llegar a la agonía. Ese sentimiento tan efímero pero tan profundo que llega a mover montañas.

       

   Aquí os enunciamos algunos casos muy controvertidos que han unido parejas que han creado obra única, auténtica y muy singular.

 

1- Amedeo Clemente Modigliani y Jeanne Hébuterne


     Morir de amor. Dos almas jóvenes , el rechazo de los padres, el alcoholismo  y la pasión fueron dueñas de sus vidas cortas y fugaces. La obra fue  potente quedando como testigos hasta la actualidad. El drama de ello, termina cuando Jeanne se arroja de su ventana con 8 meses de embarazo. Termina su vida sacrificando todo por el amor de Modigliani, más no se sabe a ciencia cierta que sucedió con el cuerpo inerte de Jeanne, después de ese acontecimiento;  el rechazo social  por sus vidas fue la causa de desprestigio social y familiar en aquellos tiempos. Tuvieron que pasar más de 10 años para que ambos cuerpos de aquellos amantes inseparables yacieran juntos.


2- Frida Kahlo y Diego Rivera


 20 años más joven ella. Conoce al ya consagrado y respetado Rivera.  Envuelta en sábanas, espejos, y enfermedad. El aborto, los engaños y la pasión  de una mujer por un hombre se ve plasmada tanto en su obra de pequeño formato como en sus poemas. Frida y Diego fueron un amor tormentoso marcado por las infidelidades y la obsesión que Frida llegó a sentir por el muralista, tal y como se puede leer en las cartas que la Kahlo escribió. Estando casados, Diego tuvo un romance con Cristina, la hermana de Frida. Aunque aquella tampoco era la primera infidelidad de Rivera, está si sumergió a su esposa en una gran depresión. Sin embargo, la pareja no podía vivir separada, y decidieron seguir juntos en una relación abierta, algo poco común en la época. Como resultado se construyó la famosa Casa Azul en Ciudad de México, en Coyoacan. Ahora Museo de ambos artistas. 


3- Dali y Gala


Dali vivió obsesionado por Gala su musa. Dalí decía de Gala: „ Toda mi pasión está en el amor que siento por Gala y no tengo sitio para más“ . Aún casados tuvieron un matrimonio abierto .A Dalí se le conoce que tuvo  una relación apasionada con Federico García Lorca y Gala, lo tuvo con Max Ernst, entre otros amantes. Parece ser que entre ellos no habían relación sexual alguna. Solo era absoluta idolatría y obsesión el uno por el otro. La leyenda comenta que Gala exigía diariamente a Dalí que pintase, o que no le daba de comer. Tal fue la presión de ella, que el decidió firmar papel en blanco, para después sus ayudantes crearan entrando en controversia las litografía tan famosas hoy en día. Mucha de su obra no es autenticada por esa historia que rodea su obra.


4- Anaïs Nin y Henri Miller


El triangulo amoroso formado por anís Sin, Henry Miller y su esposa June Mansfield fue uno de los más controvertidos del siglo XX.  Anaïs tenia 28 años y Miller tenía 40. Hablaron durante una hora sobre literatura, filosofía, y psicología y se hicieron amantes ese mismo día. Durante meses vivieron su romance en París hasta que llegó June a visitar a su marido y Miller se la presentó como “una buena amiga”. Entonces, en un giro de los acontecimientos, las dos mujeres iniciaron entre ellas una relación paralela y secreta a la que mantenían con Henry Miller. “ June es mi aventura y mi pasión, pero Henry es mi amor”, escribió Anaïs en sus diarios. El triángulo duró un año. June Mansfield descubrió que compartía la misma amante con su marido y regresó a Nueva York con los papeles del divorcio firmados. No obstante, los dos escritores continuaron su relación, a pesar de que Miller quería que Anaïs se mudara con él y de que esta se negara a lo largo de toda su  vida a divorciarse de su esposo Hugh.


5- Christo y Jeanne. Claude


 La unión predestinada de Christo y Jeanne- Claude es patente ya que compartían la misma fecha de nacimiento, el 13 de junio de 1935, e idéntica visión estética del mundo. La chispa saltó en Paris a finales de los años cincuenta Jeanne- Claude ya estaba casada con otro hombre, pero esperaba un hijo de Christo. Compartieron sus vidas hasta el fallecimiento de ella en 2009. Son bien conocidos por el cambio radical en el mundo del arte, como es el Land -Art.  Ellos fueron los creadores del famoso envoltorio del Reichtag en Berlín, o de los Paraguas que en ambos continentes, el asiático y el americano se abrieron al mismo tiempo. Aún a pesar de que Jeanne- Claude no estuviese a su lado, ya que ella era el motor de los grandes movimientos artísticos de Christo, él continuó su carrera en nombre de ella hasta el último día de su vida. 


6- Max Ernst y Dorothea Tanning:


Durante treinta y cuarto años, el artista surrealista alemán y la estadounidense Tanning fueron esposo y cómplices artísticos. Cautivado por la obra de tintes surrealistas titulada por el mismo „Birthday“ de Tanning. El encuentro no fue casual ya que Ernst convenció a su esposa en ese entonces Peggy Guggenheim, de presentar la pintura en la exposición que la misma Guggenheim estaba organizando: 31 Women en la galería Art of this Century.  Ernst recién llegado a Estados Unidos después de una temporada en Francia, traía en sí aún impresiones de los surrealistas. Él se dedico más a la poesía y a la defensa de postulados de sus manifiestos. Entrar al círculo de esa élite tan cerrada no era sencillo, pero las propuestas de Max no eran desestimadas: era uno de los primeros alemanes en adoptar el Dadá. Al ser presentados por  el comerciante de arte Julian Levy, Ernst quedo cautivado por la obra de la norteamericana. Así, la obra de Tanning fue uno de los elementos centrales del proyecto Art of this Century, además de la vida de ambos artistas surrealistas. Al poco tiempo Mx se divorciaba de Guggenheim para vivir con la Tanning en una excentricidad que nunca abandonaron: viviendo aislados del mundo en una casita perdida en el desierto de Arizona. 


7- Simone de Beauvoir y  Jean- Paul Sartre


 Simone madre del feminismo y existencialista militante, le conocíamos el tándem perfecto con Sartre: juntos parieron y predicaron filosofía allá por los años 1933. Pero cierto es que en sus propias vidas con el ejemplo de libertad y responsabilidad individual lo hicieron patente. Era un idilio de escritores. Duraron unidos 50 años aunque, a temporadas. Pero se veían todos los días para leerse mutuamente y charlar sobre ideas de la ética, el cuerpo, el consumo de drogas. Se amaron raro, a fuerza de debate, de admiración, de complicidad y espacio. Nunca se casaron, algo que era chocante en la época, aunque todavía más escandaloso resultaba que tuvieran una relación abierta. Durante el funeral del filósofo, tras morir a los 74 años, Beauvoir se desmayó y tuvo que ser hospitalizada durante dos semanas. 


8- Francis Bacon y Peter Lacy


Bacon sabía lo que se hacia, la coherencia era su credo y, en cierto modo, era lo que tradicionalmente se ha solido denominar como un hombre que se viste por los pies. Uno de los los últimos genios del expresionismo que se dedicó ni más ni menos que a llevar al lienzo la vida misma, la suya en concreto, y la de sus sucesivos amantes. Frente a quienes aún piensan que estamos ante un pintor abstracto, el realismo de Bacon fue innegociable y perenne y brutal. Era un artista y, también en cierta forma, un cronista de la vida. Y en concreto, de los excesos de la vida, que conllevan como en su caso, la omnipresencia de la muerte.

En 1952, el pintor, que había puesto fin a su relación con el banquero londinense Eric Hall, conoció a Peter Lacy, un apuesto explotó británico aficionado al piano. Fue un amor compulsivo, obsesivo, y desaprensivo. Lacy se fue a vivir a Tánger, donde Bacon le visitaba con regularidad comprobando que su relación homosexual era bienvenida en el contexto de la ancha apertura moral de la ciudad marroquí. Lacy era violento y bebía como cosaco, combinación poco aconsejable. Pegaba a Bacon y un día hasta lo tiró por una ventana. El artista exhibía una aquiescencia que viajaba entre el amor perdido y el sadismo  militante. En 1962, apenas horas antes de que Bacon inaugurase su antología en al Tate Gallery de Londres, recibió un telegrama que le anunciaba la muerte de Lacy. El pintor inmortalizo al amante fallecido (nunca quedó claro si fue natural o un suicidio) en el retrato Study for a Portrait of P.L. Dijo alguna vez en una entrevista : „ No me explico por que todas las relaciones que he tenido, todas y cada una de ellas han terminado suicidándose o muriendo por el alcohol“ . Bacon fue un alma dominante, brutal, único. Su obra lo dice por si misma.







Nely L. Friedrich

12-diciembre-2023

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