1000 Obras de la Humanidad
Anthony Caro. The Last Judgment Sculpture
20.02.20
Sir Anthony Caro
Uno de los mejores escultores británicos desde Henry Moore, que pena que sea comparado en toda su carrera artística con Moore, y al contrario, que no dejan en paz la figura, la presencia y la enorme trayectoria de Moore. Anthony Caro abrió camino con sus obras abstractas en metal.
La carrera de Anthony Caro, quien murió a los 89 años, fur tan duradera y sustancial que durante mucho tiempo pareció parte del paisaje británico permanentemente. Somos muy buenos en eso, ignorando a nuestros mejores artistas hasta que lo damos por sentado.
Hubo un breve períodos principios de la década de 1960, cuando su nuevo trabajo llamó mucho la atención, en un momento en el que el arte británico o estaba en erupción con nuevas energías y optimismo: St Ives se fortalecía, además de la pintura de situación, el Pop Art, Op Art. a mediados de los años 60 estaba firmemente establecido. Su trabajo se mostraba, discutía y comenzaba a comprarse a ambos lados del Atlántico.
Había tenido una exposición de nuevos trabajos en la Galería Whitechapel en 1963 y estaba enseñando en la Escuela de Arte de San Martin. Posteriormente en 1965 presento la Nueva Generación de esculturas, nuevamente en la White Chapel, la mayoría de las mismas creadas por estudiantes de él.
Ahora él era Chef d´Ecole, una posición nunca antes otorgada a un escultor británico dada hasta la fecha, pues ahora bien él la obtuvo. Por otro lado, aunque hizo que muchos escultores jóvenes hicieran esculturas abstractas en acero soldado, su ejemplo llevó a otros a encontrar sus propios métodos y expresiones idiomáticas, incluso a rechazar por completo la escultura formal, por ejemplo, Barry Flanaga, Bruce Mc Lean, y la asociación Gilbert & Gerge.
Por derecho, Caro debería haber sido nombrado presidente de la Real Academia. El arte abstracto todavía irrita la corteza conservadora cultural superior de Gran Bretaña, pero los principales artistas abstractos han sido académicos durante algunos años. Caro bien podría haberse parado a la cabeza. Pero se quedó fuera hasta 2002, año en que terminó la presidencia su antiguo alumno Phillp King.
Siempre había una lado privado del hombre, para todas las llamadas de fama internacional. El trabajo surgió del pensamiento y la acción íntimos, no de las polémicas. Uno siente que se centró tanto en su vida familiar como en la potencia que lo hizo decidir ser escultor, no ingeniero.
Nació en el sureste de Londres, estudió ingeniería obtuvo su título, pero su pasión fue siempre la escultura, la cual no la dejo desde el primer momento que se la presentaron, pasaba su vacaciones y tiempo libre practicando y diseñando sus obras.
Para 1946 la suerte estaba echada.Fue a tiempo completo al entonces Regent Street Polytechnic (ahora parte de la Universidad de Westminster) y a las escuelas de la Royal Academy, y y se afianzó en las técnicas y materiales tradicionales y en la estética de la escultura antigua y medieval. Medallas y otros premios llegaron en 1948 y 1949. Ese año se casó con una compañera de estudios, la pintora Sheila Girling, con quien tuvo dos hijos.
Su critica profesional mutua fue importante para sus carreras. La mejor sala en el show de verano de la Royal Academy de 2009 tenía a Erl King, una gran escultura de metal de Caro, frente a una brillante pintura abstracta de Girling.
Dos años antes, en el parque de esculturas de Roche Court, cerca de Salisbury, Wiltshire, la pareja se había mostrado por primera vez en su matrimonio: él con una docena de enormes piezas de acero oxidadas de la serie Flats, hechas en 1974 en Canadá, con la ayuda de una grúa; ella en el interior con una secuencia de lienzos de colores vibrantes pintados con formas arquitectónicas no muy lejanas a las suyas.
En toda su producción sus figuras son fuertemente enredadas con lo físico y en la variedad casi infantas sus esculturas, Caro hizo que la escultura estuviera libre de cualquier necesidad, excepto la de sostener y mover nuestros espíritus. Produjo energéticamente, participó en innumerables espectáculos mixtos en el mundo.
Trabajar con chatarra significaba trabajar a partir de una respuesta al material y las formas y a las composiciones a medida que se desarrollaban. Este proceso genético es el regalo especial de la escultura construida para el arte. Anthony Caro trabajo también con acero y soldadura de la misma manera que los mejores pintores modernos han trabajado con pintura y lienzo, con color, forma y superficie tan interactivos que el papel del artista se vuelve inseparable del suyo. Otros escultores constructores se han asegurado de que su trabajo tenga su imagen de marca pero Caro fue siguiendo nuevas maneras para hacer nuevas melodías tocadas con cada material que trabajaba.
Anthony Caro lo que había encontrado no era una nueva categoría o proceso, sino un camino completamente nuevo para la exploración.Nadie sabía que estaba allí. Lo exploró con avidez y seguridad de instinto que se quedó con él hasta el final y lo marcó como un genio. Pero la exploración puede exigir cambios de dirección y estos preocuparon incluso a sus admiradores.
Fue un buen hombre y un gran artista (los dos no siempre van juntos). No ha dejo grandes teorías, pero sí muchas esculturas finas, a veces magníficas, otras no pero sí una sensación de alegría creativa que se quedará con ellas.
The Last Judgement Sculpture, El Juicio Final
Fue presentada por primera vez en la Bienal de Venecia de 1999.
Durante 4 años el escultor británico trabajo en la creación de 25 piezas que conforman la instalación El Juicio Final.
La Instalación es un conjunto de figuras abstractas y figurativas, montadas dado la forma de una Catedral.
Cada una de las esculturas nos relata una mitología, un suceso histórico, un evento bíblico, pero a subrayar cada pieza relata su propia historia, es decir, no existe Hilarión una con la otra.
El dramatismo de las esculturas se intensifica con el deseo del escultor de presentar en penumbra y en un espacio cerrado toda la obra. Creando una atmósfera obsesiva, tirante escalofriante e inolvidable, los sentimientos de estar en algo presente se dejan sentir sin leer detenidamente los títulos de cada obra.
La Instalación es propiedad de la Fundación Würth, gracias a ella es posible ser admirada y visitar distintas instalaciones.
Caro nos relata lo que él percibe, pero sin ninguna teoría basada en su propia palabra, toma relatos de la Biblia, de la Mitología o alguno que otro evento histórico del tiempo que el vivió, pero sin ninguna tendencia política, religiosa o moral.
Finaliza su Instalación como el considera sería sus Últimas Trompetas y la Puerta del Cielo, sin antes no haber escalado las Escaleras de Jacob
Cada una de las piezas fue concebida por separado para unirlas en él Montaje pero no en la Retórica. Son esculturas abstractas que incluyen evocaciones figurativas y se presentan alojadas en cajas de madera y metal. El Hierro, durante años marca la creación de Caro, se mezcla en las piezas con cerámica, madera y bronce.
La Instalación se abre con la Puerta de una Catedral y una campana que evoca a las Religión Católica. Traspasar esa escultura la más grande de la instalación inspira curiosidad y deseo de no entrar por que lo desconocido siempre es un misterio.
Caro, logra su objetivo ya que dentro de la Catedral tendrás que recorrer con sofoco lo que plasma en sus esculturas: dolor, horror, prisión, soledad, muerte, cadenas, cabezas, manos, juicios, escaleras, trompetas y puertas.
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